jueves, 11 de octubre de 2012

Actuación de los cuerpos represivos

He tenido la suerte y la desgracia de ser denunciado por los cuerpos represivos del estado.
Según dicen en el oficio que me han remitido, "el día 21/6/2012, a las 11:00 horas, en el vestíbulo situado junto al Salón de Plenos del Ayuntamiento de Albacete, donde se celebraba una protesta, con la presencia de unas 120 personas, contra el plan de ajustes adoptado por esa Corporación, alteró gravemente la seguridad ciudadana con su actitud agresiva y oposición a abandonar el lugar cuando así se dispuso por la Autoridad Municipal, siendo necesario para ello la intervención de efectivos policiales".

Antes de comentar nada, lo mejor es ver lo que pasó, tal y como grabaron los medios allí presentes:
http://www.laverdad.es/videos/albacete/noticias-de-albacete/1699701803001-desalojo-manifestantes-protestaban-ayuntamiento.html

Se puede pensar que los cuerpos represivos del estado no lleguen a entender el significado de las palabras actitud agresiva, dado que las utilizan para referirse a un ejemplo palmario de lo que se denomina, desde su uso por M. Gandhi, resistencia pasiva no violenta. Pero yo creo que esto no es cierto.
En el primer informe de la Brigada de Información se relatan con claridad los hechos acaecidos, destacando la actitud pasiva de quienes fuimos desalojados por la fuerza. Es corto y se lee rápido:


Pero el subdelegado del gobierno no se conforma con tan poco, quiere más. Y solicita información adicional intentando identificar a los organizadores o promotores de dichos actos. Esto provoca un segundo informe en el que se nos identifica, a otro compañero y a mí, como los que denotamos mayor agresividad (no lo adjunto porque contiene datos personales de terceras personas). Y esto es lo realmente preocupante.
Todos sabemos que ni éramos organizadores ni promotores, mucho menos que manifestásemos ninguna agresividad (más allá de la que conlleva cualquier protesta pacífica), por lo que la denuncia la considero un acto realizado con premeditación y alevosía. Dicho más claro aún: el poder (ostentado actualmente por el PP) ha utilizado como pretexto uno de los muchos actos de protesta que ha soportado (y los que le quedan por soportar), para sancionar a dos trabajadores con la intención, estoy convencido de ello, de amedrentar a la clase trabajadora (atacándola unas veces a golpes y otras con sanciones económicas -en este caso son 400€-). Pero están muy equivocados conmigo, y con esto vuelvo al principio: esto es una suerte y una desgracia.

Es una desgracia porque se vulnera la libertad de expresión (que es lo último que se puede perder en un sistema político que pretenda calificarse como democrático). Y me entristece especialmente, porque es un ejemplo de que no hemos sido capaces de ofrecer a nuestros hijos un presente político mejor que el que nos encontramos algunos en nuestra adolescencia, allá por el final de los años 70.

Pero es una suerte porque indica que el poder no tiene argumentos racionales contra nuestras protestas. Sólo les queda el palo y la multa. Pretenden conducirnos como borregos, pero los borregos no somos los que salimos a la calle. Nosotros somos más bien como lobos, que por su propia supervivencia son capaces de llegar hasta las últimas consecuencias. En cualquier caso, los animales son ellos.

No hay comentarios: