jueves, 12 de noviembre de 2009

¡Facultad de Educación, YA!


Andan revueltas las aguas en la Universidad de Castilla-La Mancha.
Siempre he tenido a esta institución universitaria como un ejemplo ejemplar de la homogeneidad ideológica propia de lo que se denominó pensamiento único. Montada desde arriba (hubo primero un Rector antes de que la Universidad comenzase a funcionar), se fue nutriendo de personal bajo el estricto dictado de la jerarquía: los de arriba reclutaban entre sus adeptos a quienes ocuparían el escalón inferior, y así sucesivamente hasta completar una corte de acólitos impolutos que permitieran un gobierno estable y eterno, mucho más dilatado en el tiempo del que dictadorzuelos famosos han conseguido en nuestro pasado más reciente. No en vano la universidad es una de las instituciones medievales que aún pervive en nuestros días (que en eso es igual que la monarquía) y que, desde su origen, se gobierna por el sistema del linaje y se organiza por las estrictas normas del vasallaje.
Pero el actual Rector, a quien bien se podría denominar como Martínez Ataz el iluminado, ha conseguido que cuatro centros diferentes, radicados cada uno de ellos en una provincia distinta, unan sus fuerzas arropados por otros sectores sociales, contra el empecinamiento y el despropósito de denominar a las antiguas escuelas de magisterio como "Facultades de Educación Infantil y Primaria". No es casualidad que esto se produzca en los cuatro centros históricos, los que ya arrastraban una dilatada historia antes de que la Universidad de Castilla-LaMancha se gestase, pues son los únicos que no se han completado desde estos principios de pleitesía.
Sospecho que este disparate ha debido ser fruto de alguna velada en la que no debió de producirse la conveniente mesura en la degustación de los exquisitos caldos de nuestra tierra. Sea como fuere, el iluminado ha conseguido que buena parte de la comunidad universitaria (no hay que olvidar que estos centros son los más importantes -al menos en términos cuantitativos- de esta Universidad) alce su voz contra su amo y rememoren, paseando por el campus entre pancartas y pasquines, los tiempos gloriosos de las vanguardias del proletariado.
Uno, que ya peina canas, sólo ha echado de menos que unos cuantos grises (o maderos) corrieran tras la turba universitaria.
En fin, seguro que es mucho pedir pero, parafraseando a Bob Dylan, sería bonito pensar que los tiempos están cambiando.

Por cierto, hoy ha publicado el diario La Tribuna de Albacete (desde aquí les doy las gracias) una breve perorata que escribí sobre este asunto. Aquí tenéis el oportuno enlace.

No hay comentarios: