viernes, 29 de febrero de 2008

Ausencia


El bullicio me atonta el alma.

El trajín diario de las cosas que pasan a mi lado,

tan rápido como yo mismo,

y que atascan mis sentidos para hacerme triste.

Pero la soledad de la noche me rescata.

Me envuelve en un cálido silencio

que tu ausencia agranda,

y comienzo a sufrir por lo que ahora me falta.

Me falta tu mirada clara,

que a un tiempo me abraza y me perdona.

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