Con
la aprobación de los documentos ético y organizativo, y resuelto ya
el asunto de la forma jurídica, GANEMOS ALBACETE adquiere carta de
naturaleza de cara a las próximas elecciones municipales. Hasta
ahora todo se movía en el terreno de la tentativa y, en ese terreno,
unas y otros nos movíamos con ciertas reservas. Ahora ya no tiene
sentido ni el uso de eufemismos ni el de los dobles sentidos. Podemos
hablar claro.
Asistí
desde la primera convocatoria a todas las reuniones preparatorias y a
todas las asambleas oficiales, y tras la celebrada el pasado 24 de
enero ya he manifestado mi retirada del proyecto. Pero tras la
retirada, quiero aclarar mis posturas en relación con determinados
aspectos de esa iniciativa política.
Desde
la misma noche electoral de las pasadas elecciones europeas de 2014,
los partidos políticos de IU y EQUO en Albacete, manifestaron su
interés en entablar conversaciones con PODEMOS, de cara a las
elecciones municipales de 2015. Desde ese momento, y hasta ahora, la
postura de PODEMOS ha sido clara: los compromisos de PODEMOS se
tendrán que aprobar por su asamblea ciudadana, y hasta que no
concluya el propio proceso de constitución de PODEMOS no abordaremos
esa cuestión. Mientras, las iniciativas políticas que puedan surgir
para las elecciones municipales deben organizarse como consideren
conveniente, y cuando PODEMOS esté en condiciones de poder abordar
este tema, analizará la realidad concreta de cada municipio y
adoptará la postura conveniente, ya que cualquier iniciativa
política, per se, no garantiza que se ajuste a la metodología que
PODEMOS aprobamos en la pasada Asamblea de Vistalegre.
En
este sentido, siempre manifesté que mi presencia en GANEMOS ALBACETE
era a título individual y que, llegado el momento, adoptaría la
decisión que, también a título individual, considerase mejor.
Durante
todo este proceso han ocurrido muchas cosas. Sólo me detengo en
aquellas más importantes, y que son las que justifican mi retirada.
ESTRATEGIA
POLÍTICA: Concurrir a una elecciones es participar en un juego
de suma cero (yo gano si los demás pierden), y en los juegos de suma
cero hay que salir a ganar. En Albacete, ganar unas elecciones
municipales no es conseguir 3 o 4 concejalías, es obtener 14. Y para
eso hay que utilizar estrategias que permitan un vuelco electoral
total. Para jugar a pactar pos-electoralmente con el PSOE yo no me
apunto.
Y
esas estrategias tiene que pasar por presentar algo totalmente nuevo
y diferente, y que se ajuste a las tendencias sociales que,
actualmente, son mayoría. Repetir el discurso de la unidad de la
izquierda, ofreciendo a la ciudadanía una coalición de partidos, es
algo que se viene haciendo desde la creación de IU y todos sabemos
los resultados obtenidos.
Ya
dije en su momento que el propio manifiesto inicial de GANEMOS
ALBACETE me parecía algo rancio, que me recordaba a los que se
repartían durante los primeros años de la Transición. Por mi
profesión, sé que el mensaje es fundamental para movilizar la
acción de las personas, pero no supe transmitir esa idea durante las
reuniones.
El
momento político actual es novedoso, pero simplemente porque una
nueva fuerza política, PODEMOS, mantiene una intención de voto del
20-25%. Esto rompe con la situación anterior de bipartidismo y crea
las condiciones necesarias para que el sistema político no se limite
a lo que ofertan el PSOE y el PP que, en lo fundamental, es
exactamente lo mismo. En este sentido, la estrategia electoral debe
intentar imitar a la estrategia de PODEMOS, porque tenemos evidencias
empíricas de que es una estrategia adecuada para el fin al que
pretendía llegar GANEMOS ALBACETE.
Pues
bien, desde octubre de 2014, tras la Asamblea de Vistalegre, se sabe
que PODEMOS plantea 3 cuestiones que considera la base sobre la que
construir un proyecto político ganador: los principios éticos, la
forma de trabajo y la fórmula jurídica ha utilizar. Y son
importantes porque sitúan el juego electoral en un tablero marcado
por 3 ejes. El eje de la ética (frente a la corrupción organizada),
el eje de la democracia (frente a la mafia organizada de la cúpula
de los partidos, la famosa casta) y el eje de la ciudadanía (frente
a un sistema de partidos que, mayoritariamente, no nos representan).
Son las 3 ideas-fuerza que dotaron de sentido al 15M, y es de ese 15M
del que hay que aprender para construir espacios electorales en los
que los partidos políticos clásicos no tengan ventaja.
ÉTICA:
Todos los partidos se han dado cuenta de la necesidad de aparentar un
cierto compromiso ético, aunque son públicos los nombres de
ladrones y estafadores que pertenecen (o pertenecían) al PP, al PSOE
y a IU (sólo me detengo en los 3 partidos principales, hasta la
aparición de PODEMOS). Esto obliga a presentar un compromiso ético
inicial, garantista y restrictivo, para que la ciudadanía comprenda
que se quiere hacer política de otra manera. Sin profesionalizarse
(limitación de mandatos) y sin enriquecerse (limitación salarial).
De manera que se elaboran unos principios éticos en GANEMOS ALBACETE
que responden a estos criterios, que estoy dispuesto a asumir y que
creo que también asumiría PODEMOS ALBACETE.
DEMOCRACIA:
Hasta ahora, los partidos eran los que decidían quienes se
presentaban a las elecciones y quienes no. Hay investigaciones
sociológicas que muestran cómo, desde hace años, la ciudadanía
criticaba las listas cerradas como mecanismo de elección, pero los
partidos preferían hacer oídos sordos antes que perder el control
sobre ello. Pero ahora la ciudadanía sabe que los partidos funcionan
como una mafia, en la que la cúpula de la familia dice lo que hay
que hacer y lo que no. Y es en ese primer mecanismo de selección de
candidatas/os en donde se produce el truco del trilero: sólo
podremos elegir entre quienes ellos quieren que elijamos (parejas,
hermanos y primos -imputados incluidos- de una oligarquía que nunca
cambia, que simplemente va cambiando de puesto).
Frente
a esto, se imponen sistemas horizontales, en los que sean las
personas las que formen las listas, no los partidos. Y de aquí
surgen los sistemas de primarias abiertas a toda la ciudadanía, pero
que para que sean reales no pueden estar mediatizadas (ni siquiera en
una ínfima parte) por los partidos políticos. GANEMOS ALBACETE
trabaja en este sentido, pero durante el proceso de redacción de su
procedimiento electoral, elimina el requisito que impedía a
cualquier partido el presentar personas a dichas primarias abiertas,
como representantes de su propia formación política. Esto deja la
puerta abierta a algo que pondría en cuestión este eje, que no
estoy dispuesto a asumir y que es totalmente contrario a lo que
PODEMOS aprobó en la Asamblea de Vistalegre.
PARTICIPACIÓN:
Si queremos ofrecer a la ciudadanía una herramienta política para
que se puede recuperar parte del poder político, esa herramienta
tiene que estar, al 100%, en manos de la ciudadanía. Desde este
punto de vista es desde el que la fórmula jurídica utilizada cobra
especial significado. La coalición de partidos reduce la presencia
de las personas a la mera subsidiariedad, el ordenamiento jurídico
ni siquiera la contempla, y otorga a los partidos de la coalición
una serie de derechos a los que pueden renunciar inicialmente, pero
que podrán recuperar siempre que quieran. Frente a esto, la
agrupación de electores ofrece dos claras ventajas (ventajas en
términos de participación, que es el eje en el que estamos). La
primera es que impide la presencia institucional de los partidos
políticos (por lo que no se podría plantear el riesgo de que los
partidos postulen a sus propios candidatos), y la segunda es que
obliga a tener un respaldo social suficiente (3000 firmas
documentadas). Así, la coalición de partidos plantea ciertos
riesgos que tampoco estoy dispuesto a asumir, aunque PODEMOS ALBACETE
tendría que decidirlo en un referéndum interno (en el que yo haría
campaña por el NO), ya que en la Asamblea de Vistalegre se dejó
abierta esa decisión.
Epílogo:
Todas las iniciativas electorales que pueden asemejarse a GANEMOS
ALBACETE, inician su andadura con un discurso similar: La ciudadanía
está harta de cómo se ha hecho la política hasta ahora, y demanda
una nueva manera de hacerla. Esto es importante, Ganemos responde a
una demanda, no puede ser un salto al vacío. Y para visualizar esa
demanda se establece un procedimiento garantista, el lanzamiento de
un llamamiento para que esa ciudadanía lo haga suyo, mediante la
firma del 1% de la población afectada. En el caso de Albacete, ese
1% son 1700 personas. Cifra que se rebajó a 1300 sin más argumento
que el de que es más difícil obtener 1700 firmas que 1300.
Y
el plazo para su recogida se cerraba a mediados de enero (ya está
cumplido). El caso es que en la página web
http://www.ganemosalbacete.es/
sólo se llegaron a registrar unas 500 firmas, aunque a día de hoy
ya ha desaparecido de la web la pestaña que enlazaba con el
manifiesto y las firmas. Debe ser que se ha dado por concluido lo de
recoger firmas, pese a que sólo se han podido recoger el 38% de las
necesarias.
Esta
situación, por sí misma, obligaría al abandono del proyecto o,
como mínimo, a plantearse el tema (¿hasta dónde llega la demanda
real de la ciudadanía de Albacete?¿por qué el manifiesto no ha
reunido el apoyo esperado?). Pero se ha optado por la táctica del
avestruz, enterrar la cabeza e ignorar el problema. Ante esto no sé
qué postura adoptará PODEMOS ALBACETE, pero la mía es la de la
coherencia.
Tal
vez a algunas personas les gustaría que sus deseos sean los deseos
de la mayoría de la población (incluso pueden llegar a pensar que
si no es así es porque la ciudadanía está equivocada, a ver si la
próxima vez que haya elecciones aciertan y nos votan), pero yo tengo
claro, tal vez por deformación profesional, que intentar forzar algo
que no se desea es asegurarse el fracaso.