lunes, 26 de enero de 2015

GANEMOS ALBACETE, ahora no



Con la aprobación de los documentos ético y organizativo, y resuelto ya el asunto de la forma jurídica, GANEMOS ALBACETE adquiere carta de naturaleza de cara a las próximas elecciones municipales. Hasta ahora todo se movía en el terreno de la tentativa y, en ese terreno, unas y otros nos movíamos con ciertas reservas. Ahora ya no tiene sentido ni el uso de eufemismos ni el de los dobles sentidos. Podemos hablar claro.
Asistí desde la primera convocatoria a todas las reuniones preparatorias y a todas las asambleas oficiales, y tras la celebrada el pasado 24 de enero ya he manifestado mi retirada del proyecto. Pero tras la retirada, quiero aclarar mis posturas en relación con determinados aspectos de esa iniciativa política.
Desde la misma noche electoral de las pasadas elecciones europeas de 2014, los partidos políticos de IU y EQUO en Albacete, manifestaron su interés en entablar conversaciones con PODEMOS, de cara a las elecciones municipales de 2015. Desde ese momento, y hasta ahora, la postura de PODEMOS ha sido clara: los compromisos de PODEMOS se tendrán que aprobar por su asamblea ciudadana, y hasta que no concluya el propio proceso de constitución de PODEMOS no abordaremos esa cuestión. Mientras, las iniciativas políticas que puedan surgir para las elecciones municipales deben organizarse como consideren conveniente, y cuando PODEMOS esté en condiciones de poder abordar este tema, analizará la realidad concreta de cada municipio y adoptará la postura conveniente, ya que cualquier iniciativa política, per se, no garantiza que se ajuste a la metodología que PODEMOS aprobamos en la pasada Asamblea de Vistalegre.
En este sentido, siempre manifesté que mi presencia en GANEMOS ALBACETE era a título individual y que, llegado el momento, adoptaría la decisión que, también a título individual, considerase mejor.
Durante todo este proceso han ocurrido muchas cosas. Sólo me detengo en aquellas más importantes, y que son las que justifican mi retirada.

ESTRATEGIA POLÍTICA: Concurrir a una elecciones es participar en un juego de suma cero (yo gano si los demás pierden), y en los juegos de suma cero hay que salir a ganar. En Albacete, ganar unas elecciones municipales no es conseguir 3 o 4 concejalías, es obtener 14. Y para eso hay que utilizar estrategias que permitan un vuelco electoral total. Para jugar a pactar pos-electoralmente con el PSOE yo no me apunto.
Y esas estrategias tiene que pasar por presentar algo totalmente nuevo y diferente, y que se ajuste a las tendencias sociales que, actualmente, son mayoría. Repetir el discurso de la unidad de la izquierda, ofreciendo a la ciudadanía una coalición de partidos, es algo que se viene haciendo desde la creación de IU y todos sabemos los resultados obtenidos.
Ya dije en su momento que el propio manifiesto inicial de GANEMOS ALBACETE me parecía algo rancio, que me recordaba a los que se repartían durante los primeros años de la Transición. Por mi profesión, sé que el mensaje es fundamental para movilizar la acción de las personas, pero no supe transmitir esa idea durante las reuniones.
El momento político actual es novedoso, pero simplemente porque una nueva fuerza política, PODEMOS, mantiene una intención de voto del 20-25%. Esto rompe con la situación anterior de bipartidismo y crea las condiciones necesarias para que el sistema político no se limite a lo que ofertan el PSOE y el PP que, en lo fundamental, es exactamente lo mismo. En este sentido, la estrategia electoral debe intentar imitar a la estrategia de PODEMOS, porque tenemos evidencias empíricas de que es una estrategia adecuada para el fin al que pretendía llegar GANEMOS ALBACETE.
Pues bien, desde octubre de 2014, tras la Asamblea de Vistalegre, se sabe que PODEMOS plantea 3 cuestiones que considera la base sobre la que construir un proyecto político ganador: los principios éticos, la forma de trabajo y la fórmula jurídica ha utilizar. Y son importantes porque sitúan el juego electoral en un tablero marcado por 3 ejes. El eje de la ética (frente a la corrupción organizada), el eje de la democracia (frente a la mafia organizada de la cúpula de los partidos, la famosa casta) y el eje de la ciudadanía (frente a un sistema de partidos que, mayoritariamente, no nos representan). Son las 3 ideas-fuerza que dotaron de sentido al 15M, y es de ese 15M del que hay que aprender para construir espacios electorales en los que los partidos políticos clásicos no tengan ventaja.

ÉTICA: Todos los partidos se han dado cuenta de la necesidad de aparentar un cierto compromiso ético, aunque son públicos los nombres de ladrones y estafadores que pertenecen (o pertenecían) al PP, al PSOE y a IU (sólo me detengo en los 3 partidos principales, hasta la aparición de PODEMOS). Esto obliga a presentar un compromiso ético inicial, garantista y restrictivo, para que la ciudadanía comprenda que se quiere hacer política de otra manera. Sin profesionalizarse (limitación de mandatos) y sin enriquecerse (limitación salarial). De manera que se elaboran unos principios éticos en GANEMOS ALBACETE que responden a estos criterios, que estoy dispuesto a asumir y que creo que también asumiría PODEMOS ALBACETE.

DEMOCRACIA: Hasta ahora, los partidos eran los que decidían quienes se presentaban a las elecciones y quienes no. Hay investigaciones sociológicas que muestran cómo, desde hace años, la ciudadanía criticaba las listas cerradas como mecanismo de elección, pero los partidos preferían hacer oídos sordos antes que perder el control sobre ello. Pero ahora la ciudadanía sabe que los partidos funcionan como una mafia, en la que la cúpula de la familia dice lo que hay que hacer y lo que no. Y es en ese primer mecanismo de selección de candidatas/os en donde se produce el truco del trilero: sólo podremos elegir entre quienes ellos quieren que elijamos (parejas, hermanos y primos -imputados incluidos- de una oligarquía que nunca cambia, que simplemente va cambiando de puesto).
Frente a esto, se imponen sistemas horizontales, en los que sean las personas las que formen las listas, no los partidos. Y de aquí surgen los sistemas de primarias abiertas a toda la ciudadanía, pero que para que sean reales no pueden estar mediatizadas (ni siquiera en una ínfima parte) por los partidos políticos. GANEMOS ALBACETE trabaja en este sentido, pero durante el proceso de redacción de su procedimiento electoral, elimina el requisito que impedía a cualquier partido el presentar personas a dichas primarias abiertas, como representantes de su propia formación política. Esto deja la puerta abierta a algo que pondría en cuestión este eje, que no estoy dispuesto a asumir y que es totalmente contrario a lo que PODEMOS aprobó en la Asamblea de Vistalegre.

PARTICIPACIÓN: Si queremos ofrecer a la ciudadanía una herramienta política para que se puede recuperar parte del poder político, esa herramienta tiene que estar, al 100%, en manos de la ciudadanía. Desde este punto de vista es desde el que la fórmula jurídica utilizada cobra especial significado. La coalición de partidos reduce la presencia de las personas a la mera subsidiariedad, el ordenamiento jurídico ni siquiera la contempla, y otorga a los partidos de la coalición una serie de derechos a los que pueden renunciar inicialmente, pero que podrán recuperar siempre que quieran. Frente a esto, la agrupación de electores ofrece dos claras ventajas (ventajas en términos de participación, que es el eje en el que estamos). La primera es que impide la presencia institucional de los partidos políticos (por lo que no se podría plantear el riesgo de que los partidos postulen a sus propios candidatos), y la segunda es que obliga a tener un respaldo social suficiente (3000 firmas documentadas). Así, la coalición de partidos plantea ciertos riesgos que tampoco estoy dispuesto a asumir, aunque PODEMOS ALBACETE tendría que decidirlo en un referéndum interno (en el que yo haría campaña por el NO), ya que en la Asamblea de Vistalegre se dejó abierta esa decisión.

Epílogo: Todas las iniciativas electorales que pueden asemejarse a GANEMOS ALBACETE, inician su andadura con un discurso similar: La ciudadanía está harta de cómo se ha hecho la política hasta ahora, y demanda una nueva manera de hacerla. Esto es importante, Ganemos responde a una demanda, no puede ser un salto al vacío. Y para visualizar esa demanda se establece un procedimiento garantista, el lanzamiento de un llamamiento para que esa ciudadanía lo haga suyo, mediante la firma del 1% de la población afectada. En el caso de Albacete, ese 1% son 1700 personas. Cifra que se rebajó a 1300 sin más argumento que el de que es más difícil obtener 1700 firmas que 1300.
Y el plazo para su recogida se cerraba a mediados de enero (ya está cumplido). El caso es que en la página web http://www.ganemosalbacete.es/ sólo se llegaron a registrar unas 500 firmas, aunque a día de hoy ya ha desaparecido de la web la pestaña que enlazaba con el manifiesto y las firmas. Debe ser que se ha dado por concluido lo de recoger firmas, pese a que sólo se han podido recoger el 38% de las necesarias.
Esta situación, por sí misma, obligaría al abandono del proyecto o, como mínimo, a plantearse el tema (¿hasta dónde llega la demanda real de la ciudadanía de Albacete?¿por qué el manifiesto no ha reunido el apoyo esperado?). Pero se ha optado por la táctica del avestruz, enterrar la cabeza e ignorar el problema. Ante esto no sé qué postura adoptará PODEMOS ALBACETE, pero la mía es la de la coherencia.
Tal vez a algunas personas les gustaría que sus deseos sean los deseos de la mayoría de la población (incluso pueden llegar a pensar que si no es así es porque la ciudadanía está equivocada, a ver si la próxima vez que haya elecciones aciertan y nos votan), pero yo tengo claro, tal vez por deformación profesional, que intentar forzar algo que no se desea es asegurarse el fracaso.