miércoles, 27 de febrero de 2013

Romance de Don Mariano

He tenido la oportunidad de leer un poema en un recital del Club de escritura La Biblioteca. He contado con la ayuda de un amigo y profesional del teatro, que me dejó vestuario para la ocasión. Y la experiencia ha sido bastante gratificante.
El sentido del romance que he escrito está en los versos de Gabriel Celaya:

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Primero dejo una grabación del acto, y a continuación el texto completo.


¡Ay Diós!, que buen caballero
el presidente Mariano,
que a todos los españoles
considera sus vasallos.

Siempre fue un buen candidato
que acababa derrotado,
y pareciera que nunca
terminaría gobernando.
Pero el sabio Zapatero,
de talante inmaculado,
a fuerza de desatinos,
de recortar los salarios,
de congelar las pensiones
y de indultar al del banco,
hizo que los ciudadanos
lo tomaran por un santo.
Mejor nos habría ido
si el socialista pacato
hubiese hecho caso al dicho:
Zapatero, a tus zapatos.

Así este gallego ilustre,
con su barba y su mostacho,
alcanzó una mayoría
que ya la quisiera Franco.
Y en las Cortes de Madrid,
do juran los hijosdalgo,
ha formado un buen gobierno
y al rey le besa la mano.
Todos son hombres mancebos,
todos con sobre en la mano,
porque digan lo que digan
Bárcenas se los ha dado.

¡No se asusten los oyentes,
no corran al excusado!,
que con él de presidente
todos hemos mejorado.
Los parados ya no existen,
todos están trabajando,
cotizando sus impuestos
para que luego el Estado,
mejore nuestras pensiones
(las de nuestros jubilados).
Docentes, médicos, jueces
y todos los funcionarios,
no necesitan la paga,
le han aumentado el horario,
pero siempre están felices
porque siguen trabajando.
Con camisas de colores
van por la calle cantando.
Gritan, pitan y berrean,
como turba de borrachos.
¿Es que no se han dado cuenta
que los ha beneficiado?
¿Quieren que España se hunda?
¿Quieren seguir derrochando?
Si todo lo que nos quita,
lo que seguirá quitando,
es algo que nos conviene,
él lo tiene bien pensado.
A todos nuestros banqueros,
que estaban muy arruinados,
les ha conseguido pasta,
a la Merkel ha timado.

La prima de riesgo baja,
como bajan los salarios,
gracias al loable esfuerzo
de todos los diputados,
senadores y ministros,
asesores colocados,
alcaldes y concejales
y hasta sus primos hermanos,
que llegan a fin de mes
después de haberse privado
de lo que todos nosotros
estamos atiborrados:
gambas, centollos, percebes
y costillas de venado,
y un Ipad por todo el morro
pa jugar a Apalabrados.

Algunos, que se equivocan,
ni son listos ni sensatos,
piensan que con Rajoy
nos han dado bien por saco.
Son unos pocos rufianes,
comunistas descarados,
miserables perroflautas
y anarquistas declarados,
que para mayor afrenta,
al rey no besan la mano.
Todos llevan lanza en puño,
con el hierro acicalado,
y llevan sendas adargas
con borlas de colorado.
Son una pequeña chusma,
villanos, que no hijosdalgo,
que hay que meter en cintura
con la porra y con el palo.
Y cuando se han atrevido
y las plazas han tomado,
entonces habló Mariano,
bién oiréis lo que él ha hablado:
Quien más grite y más proteste
lo quiero identificado,
y si alguno se resiste,
detenido y apaleado.
Luego les pongo una multa,
de unos cuatrocientos pavos,
y si quieren recurrirla,
con las tasas se han topado.
¡Que no me vengan con ruegos,
ni con duelos ni quebrantos!
¡Los fachas somos así!,
¡que no me hubieran votado!

¡Ay Diós!, que buen caballero
el presidente Mariano,
que a todos los españoles
considera sus esclavos.